Nuestro proceso de producción está basado en el respeto al medio ambiente y la calidad del producto, utilizando para ello tronco de roble y castaño de nuestro monte autóctono, en el cual inoculamos «semilla de seta», micelio, de alta calidad sobre sustrato de serrín de roble. Una vez inoculado el tronco se sella con cera natural de abeja proveniente de productores locales.
Nuestro obrador es totalmente artesanal, creando cada pieza una a una de forma manual, con mimo y cuidado.Apostamos por unas harinas nacionales de alta calidad para la elaboración de nuestra masa, algo de lo que presumimos, ya que su textura es muy valorada. Además, para los rellenos, utilizamos las mejores verduras, cultivadas y recolectadas por pequeños productores locales, que nos aporta esa frescura y calidad diferencial en el producto final.